A quienes amamos a los animales, buscamos tenerlos en las mejores condiciones, y en muchos casos, intentamos simular al máximo su hábitat natural. El mundo de los reptiles es uno de los más propensos por las especiales características y necesidades de este tipo de mascotas. Por eso, creemos que es muy importante que conozcáis algunos consejos si vas a comprar, tener o cuidar una iguana.
Conociendo a las iguanas
Las iguanas son animales muy coloridos y llamativos, que forman parte de la fauna de los países de la región tropical que, en general, se encuentran asociados a la vida silvestre.
Ahora bien, ¿es posible tenerlos como mascotas y cuidarlos adecuadamente en cautiverio? La respuesta es SÍ.
Es normal que a la persona que la adquiere para criarla le surjan algunas preguntas: ¿Cómo cuidar una iguana? ¿Qué comen las iguanas? ¿Dónde viven? ¿Qué las amenaza? Las respuestas vienen a continuación:
¿Cómo son las iguanas?
Las iguanas son reptiles que pueden medir desde 14 centímetros cuando son crías, hasta 1,8 metros de longitud al llegar a la edad adulta.
Su cuerpo se halla cubierto de escamas pequeñas y de apariencia granular en el cuerpo y grandes y rectangulares en la cabeza.
En su hábitat silvestre, suelen vivir en los árboles, por lo que disponen de cuatro garras en cada pata, que les ayudan a trepar con mayor facilidad en los troncos.
Es muy fácil diferenciar entre machos y hembras. Los machos presentan crestas muy vistosas en el dorso y en el mentón, mientras que las hembras no.
Estos animales son incapaces de controlar la temperatura corporal, por lo que son llamados “ectotérmicos”, o lo que es conocido comúnmente como animales de sangre fría. Para ello, en la cabeza presenta un órgano conocido comúnmente como “tercer ojo” u ojo parietal. Este órgano les permite regular la temperatura de su cuerpo a través de secreciones hormonales.
También es notable en la cabeza una escama redondeada y que se encuentra detrás y debajo del ojo. Esta escama es la que cubre el tímpano, un órgano asociado a la recepción de sonidos.
¿Qué come una iguana?
Las iguanas son herbívoras, por lo cual, a la hora de alimentarlos en cautiverio, es importante considerar esta característica en su dieta. El mayor porcentaje de su alimentación debe estar basado en hojas verdes, que deben ser picadas en trozos muy finos, para los juveniles, y en trozos más grandes o incluso, hojas enteras, para los adultos.
Entre las verduras recomendadas para la alimentación de las iguanas están la lechuga, el repollo, la espinaca o la acelga. También es muy recomendable alimentarlas con tomate, calabacín, pepino o remolacha.
Es importante que las verduras utilizadas en la alimentación estén siempre frescas y sean sustituidas cada doce horas, ya que, las iguanas no ayunan y deben ser alimentadas continuamente al menos una vez al día.
Otra razón por la que deben emplearse las verduras antes mencionadas es que estas presentan una proporción adecuada de calcio y fosforo, lo cual, es sumamente beneficioso para las iguanas y evitan la aparición de enfermedades óseas. Para evitar estas enfermedades, es también recomendable complementar la dieta suministrada con suplementos vitamínicos de vitamina D, calcio y fosforo, fáciles de encontrar en tiendas de mascotas.
Estos suplementos deben ir acompañados de una correcta iluminación solar, la cual debe llegar al espacio ocupado por la iguana sin ningún tipo de filtro.
Pueden incluirse en la dieta de las iguanas, frutas, aunque en menor proporción, puesto que los azucares en exceso no son recomendables para ellas. Entre las frutas que pueden ser incluidas están: el melón, la manzana, el mango, las fresas o la pera, entre otros.
Eso sí, tan importante es tener claro qué comen las iguanas, como saber perfectamente qué es lo que no deben comer.
Es inadecuado que las iguanas sean alimentadas con lácteos, huevos o productos cárnicos. Otros alimentos que deben ser evitados en la dieta de las iguanas son los alimentos comerciales para perros o gatos, ya que estos presentan un elevado contenido de grasas y proteínas animales que no forman parte natural de su dieta, ni son beneficiosas. Debe evitarse también el uso de frutas cítricas, que pueden afectar su sistema digestivo.
¿Dónde puede vivir una iguana?
Una de los puntos más importantes a la hora de saber cómo cuidar a una iguana, es conocer qué espacio es el más adecuado para que un reptil viva en las mejores condiciones.
El terrario debe construirse en vidrio. El cristal es el material más adecuado para mantener la temperatura estable dentro del espacio, lo cual es importante en este tipo de animales que no son capaces de controlar su temperatura corporal, sino que, depende de la temperatura del medio exterior.
El vidrio también ofrece la ventaja de poder ser desinfectado con facilidad y permitir la observación del animal desde afuera.
Deben evitarse espejos o superficies que reflejen la luz o al animal.
El tamaño del terrario debe ser aproximadamente una y media veces la longitud del animal y dos tercios su ancho, y debe contenerse en el a solo un animal, puesto que suelen ser animales muy territoriales.
El sustrato del terrario, en caso de ingestión, no debe causar obstrucciones intestinales, por lo cual, es recomendable el uso de alfombras, pasto artificial o periódico, y evitar el uso de grava o arena para gatos.
Dentro del terrario debe mantenerse una temperatura de entre 29 y 32 ºC durante el día y entre 20 y 25 ºC por la noche, y una humedad relativa entre 50 y 70%. Estos valores son parecidos a los que tendrían en su hábitat natural, y para mantenerlos pueden utilizarse lámparas o colchones térmicos bajo el piso del terrario, o vaporizadores o esponjas húmedas respectivamente.
Las iguanas son buenas trepadoras, por lo que puede incluirse algún tipo de rama en el terrario, así como lugares de refugio, que pueden ser cajas o plantas sintéticas o naturales. Y nunca debe faltar el agua fresca.
¿Qué riesgos y amenazas pueden tener las iguanas que viven en cautiverio?
Las amenazas más grandes de una iguana en cautiverio son los animales domésticos.
Los perros y gatos suelen ser agresivos con ellas, por lo que no debemos dejar a nuestra iguana en libertad, y mucho menos si tenemos alguna de estas mascotas conviviendo con nosotros en casa, y mucho menos, cuando no estén bajo nuestra atenta supervisión.
También, los ácaros y garrapatas succionadores de sangre (hematófagos) que afectan a animales domésticos pueden afectar a la iguana como parásitos externos o ectoparásitos de la piel, puesto que, ácaros y garrapatas son parásitos bastante generalistas.
Para comenzar, con estos consejos deberías estar preparad@ para tener una iguana en las condiciones perfectas para disfrutarla y compartir parte de tu tiempo con ella.
Nos encanta hablar de mascotas, y podríamos bastantes más líneas hablando de iguanas y formas de mejorar el hábitat en el que estarán junto a nosotros, pero no podemos daros todo junto. Además, nos gusta que tú también participes con tu experiencia.
¿Te animas? ¡Cuéntanos!
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